Los robots del 2000: evolución sin límites

La revista científica Nature dio a conocer hace unos días uno de los mayores avances científicos en el campo de la inteligencia artificial: la creación de robots capaces de fabricar otros sin la intervención de la mano humana. Este ordenador que han traído al mundo los científicos Hod Lipson y Jordan Pollack, abre un nuevo debate sobre el límite del desarrollo de las nuevas tecnologías y despierta el temor a la posibilidad de la existencia de máquinas con vida propia al margen del dominio del hombre.

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Los científicos de la Universidad de Brandeis, Massachusetts (EEUU), lo que realmente han hecho ha sido conectar un ordenador, capaz de pensar diseños, a una máquina que los iba construyendo. Hod Lipson y Jordan Pollack ordenaron a la computadora que fabricara un pequeño robot que pudiera desplazarse por sí mismo de manera horizontal. Desarrollando su capacidad, sin intervención humana, el ordenador comenzó a diseñar modelos nuevos y a irlos transformando a través de hasta 600 generaciones virtuales de evolución. Una vez terminada la etapa del diseño fabricó los robots más avanzados.
Pero como ocurre tras los grandes avances científicos, ahora se abre el eterno debate: ¿hasta qué límites son lícitos los avances tecnológicos de la humanidad?. La posibilidad de que algún día las propias máquinas puedan reproducirse y evolucionar como cualquier otro ser vivo trae consigo temores y dudas, muchas veces alimentadas por películas y libros de ciencia ficción. Películas y libros en los que se narra un mundo donde las diferencias entre humanos y robots son apenas perceptibles, ¿llegará ha ocurrir en realidad, en un futuro más o menos cercano?
La "reproducción" de las propias máquinas era hasta ahora un tema nuevo e insólito, no así la vertiginosa evolución de los distintos modelos de robots. La utilización de inteligencia artificial en las misiones espaciales impulsa de manera especial los nuevos avances en este campo. Así un grupo de científicos suizos está trabajando en lo que han dado en llamar los antbots (de ant, hormiga en inglés, y robot). Los antbots están preparados para saber cuándo tienen que salir del nido, evitar interacciones negativas, encontrar alimento y transmitir informaciones a sus congéneres. Todas estas características hacen de estas "hormigas" unos expedicionarios fantásticos, por lo que se estudia la posibilidad de enviarlas a estudiar Marte.
Perros, hormigas artificiales... Pero uno de los mayores retos de los expertos en robótica es la creación de un robot de total apariencia humana, y ya hay exitosos prototipos. La revista Newton presentó el P3, el robot con más similitudes físicas con los hombres. Entre sus habilidades destacan: caminar, evitar obstáculos, subir y bajar escaleras, sostener objetos y manejar destornilladores. Los creadores del P3 estudian su aplicación como robot de compañía, principalmente para ayudar a discapacitados físicos y ancianos. ¿Luces, cámara y acción?. No, no, todo es real, bienvenidos a la era de los robots.